A la poesía, a Caracas, al teatro, al humor, Aquiles Nazoa se entregó en amor, palabras y obras. El más elevado sentimiento humano también lo volcó a los animales y plantas, a su entrañable Ávila (el Waraira Repano de los pueblos ancestrales), al hombre y la mujer del pueblo humilde, a los campesinos, a las causas justas y, cómo no, a “las cosas más sencillas”. En las siguientes páginas vamos a dar algo más que un paseo por el inmenso
sentimiento humano y humanista que signó la vida y obra de nuestro Aquiles Nazoa: el amor.
Earle Herrera