Jorge Isaacs: Las lágrimas como una de las bellas artes

Que sus huesos fueran enterrados en el valle de Medellín quiso Jorge Isaac. Allí han de permanecer, acaso más solos que el bujío, el ave portador de desventuras que suele revolotear sobre las tumbas, pero el recuerdo de su único y triste libro (dice también la edulcorada crítica bogotana que escribió piezas de teatro, apenas […]