La selva nuestra de cada día

José Eustasio Rivera era de Neiva, como cualquier hijo de vecino, antes de inventar su eternidad y ponerle punto final a La Vorágine. Sí, era de ese villorrio que orilla el Magdalena, pero también de Aguascalientes, acaso porque el curso del río arde en sus orillas. El monte, la vegetación, agobiante, fue su infancia, lo […]